lunes, julio 17, 2006

Vacaciones margariteñas

Por fin nos fuimos a Margarita. Queríamos viajar para allá desde hacía algún tiempo y ya la urgencia se hacía patente pues teníamos casi cuatro años sin ir. Todo planeado como debe ser: hospedaje en el Hilton Suites, viaje por el ferry viejo para ahorrarnos un poco en pasaje, estadía de cinco noches y seis días.

Partimos el lunes a las 5 am para evitar contratiempos y problemas y llegar con calmita al ferry de la 1 pm. Por ser lunes en la mañana había gran cantidad de camiones y gandolas en la vía. Yo iba manejando y me consagré como la "guardiana de las gandolas" pues nunca las podía adelantar e iba a la misma velocidad que éstas, haciendo una especie de caravana. Toda la vía del Guapo fue así. Por fin, llegamos a una autopista en el tramo Boca de Uchire-Clarines, la cual es bien amplia. Tres canales por cada dirección y maravillosamente solitaria. El único problema: estaba lloviendo y el pavimento estaba mojado y resbaladizo. Pasamos una gran curva que tenía un letrero de "Curva peligrosa" y no sabemos muy bien la razón, pero nos coleamos, la camioneta perdió la estabilidad y fuimos a dar a un montecito al borde de la carrtera que fue lo que nos frenó. Gracias a Dios no hubo mayores daños, sólo un vidrio partido inexplicablemente (suponemos que fue por una piedra que se levantó del suelo en el proceso). Arrancamos de nuevo casi inmediatamente por temor a que, de paso, nos robaran (en el montecito de enfrente había un hombre que no sabíamos muy bien cuáles eran sus intenciones) y seguimos el camino. Llegamos al ferry. Inmundo, asqueroso y maloliente ferry. Llegamos a las 6:30 pm a Margarita. Todo un día de viaje. Por lo menos llegamos sanos y salvos.

Nos esperaba mi madre con una rica comida y a dormir. Al día siguiente a solucionar el peo del vidrio roto y el seguro. Gracias a Dios había en la isla una sucursal y no hubo mayores contratiempos para resolver el percance. Además, ese día estuvo lluvioso y espantoso. Matamos la tarde en el Sambil y a descansar para lanzarnos un intensivo playero el resto de la semana.

Miércoles; playa El Agua-atardecer en Juan Griego-hotel.
Jueves: Juan Griego (a resolver un asunto)-Punta Arenas (lejos, ¿no?)-hotel.
Viernes: Piscina-4 de Mayo-Santiago Mariño-Sambil (compras nerviosas de última hora)-hotel.
Sábado: retorno en el ferry Express para llegar más rápido. Una maravilla de barco. En Puerto la Cruz llovía así que decidimos pernoctar.
Domingo: de vuelta a Caracas, piano piano. La vía horrible. Había un desvío que se salía en Puerto Píritu y se daba una gran vuelta inútil hasta llegar a Clarines. Huecos, troneras, carros locos, gandoleros infernales...

El viaje estuvo genial, salvo por la ida y la vuelta. Margarita está preciosa, renovada, limpia, gente amabilísima por doquier. Me hubiese gustado pasar más días, pero lo bueno viene en pequeñas dosis.

1 comentario:

superdharma dijo...

Claro, y como no hemos hablado casi me da un infarto cuando leo aquí que se colearon y que terminaron con vidrio roto y demás.

Pero me alegra muchísimo que el viaja hay estado rico. Yo planeo ir a Margarita este año (en algún momento) porque ya tengo un añito sin ir y me da como nostalgia... pero al año que viene deberíamos planear un viaje juntos.

Hablamos este fin.

Besos