Este principio de año ha sido de muchas cosas buenas pero también ha venido acompañado de dos pérdidas que siento mucho.
Los primeros días de febrero murió mi suegro y los primeros días de marzo el hijo de nueve años de mi jefa.
Paradójicamente se fueron un viejo y al mes un niño, ambos muy cercanos y muy queridos.
Sólo pido fortaleza para quienes tienen que lidiar día a día con la ausencia.