
Valiéndome de la excusa más fácil que conseguí, me tomé la licencia de pasar gran parte del día en mi Alma Mater.
Fue relmente una experiencia maravillosa, de hecho este post lo empecé a escribir en mi palm acostada en un banquito a la sombra de un frondoso árbol que cubre la imponente y pavosa estatua de Andrés Bello. (Digo pavosa porque cuenta la leyenda que si le pasas por detrás nunca te gradúas, pero como ya yo me gradué y hace bastante, estaba sentada justo a las espaldas del eminente sabio.)
Muchos gratos recuerdos me vinieron a la mente, mezclados con la estupefacción propia de encontrarse con un sitio totalmente diferente que ha crecido con los años, que tiene el triple de estudiantes, que tiene feria con sushi, tequechongos, farmacia y demás, y uno como un pendejo sintiéndose además anciano porque eso sí sigue igual: el estudiante de la mañana tiene un perfil muy distinto al de la tarde, y es que siempre son más pichones, más sifrinos y más bellos...
Lo cierto es que fui ucabista por un momento y me sentí bien, de verdad me provoca repetir la experiencia más a menudo, porque de paso cuando me tocó hacer lo que iba a hacer que era reunirme con la directora de mi antigua escuela, fue mucho más graficante, ya que me conseguí con una escuela mucho más madura, que ha crecido con los años y esta madurez se evidencia en el perfil que están procurando formar en los jóvenes que cursan la carrera. Tratan de hacer de Letras una carrera un poco más práctica de tal manera que ahora sus estudiantes y posteriores egresados tendrán más claro lo que harán con sus vidas. Sin embargo, en este punto también debo afirmar algo que me corroboró la Directora hoy: "Un egresado de Letras nunca se queda sin trabajo". La razón es muy simple: no salimos preparados para algo en específico y tenemos un bagaje cultural que no tienen otras carreras. Además dominamos con cierto grado de profundidad una de las herramientas más fundamentales para la vida: nuestra lengua.
Lo cierto es que, si fuera por mí, una vez al mes me meto una terapia ucabista, para reencontrarme con una parte de mí que está dormida pero que cuando tiene el chance de despertar, como hoy, me dibuja una gran sonrisa en el rostro.
3 comentarios:
Yo hice lo mismo hace como un año y regresé a casa sonreída, soñadora, esperanzada. La próxima vez vamos juntas... aunque no estudiamos lo mismo ni al mismo tiempo, uno siempre tiene lugares comunes, cafetín de postgrado y muchas historias que, como hemos comprobado, al final se cruzan y te hacen sonreír.
Seguro chama. De hecho yo creo que tengo que ir el 11 de este mes a un evento que está organizando la escuela de Letras, pero todavía no tengo detalles. Creo que es en la mañana, pero no sé.
Avísame. Creo que el 11 es jueves, lo que sería ideal para ver la universidad cotidiana que tengo tanto tiempo sin ver.
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